Page 15 - Identificación de las unidades paisajísticas y fenómenos de alto valor ecológico en el predio Santa Marta: orientaciones para proyectos de desarrollo sostenible
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Identificación de las unidades paisajísticas y fenómenos de alto
valor ecológico en el predio Santa Marta: orientaciones para
proyectos de desarrollo sostenible
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no alcanzan a cubrir las demandas de cuidado para las relaciones que componen los valores ambientales
(Chile, 2014). Ante esta situación, el Estado de Chile fomenta, por una parte, la creación de áreas silvestres
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protegidas de propiedad privada (ASPP) bajo la declaración de Santuario de la Naturaleza a partir de 1973
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(Coppari, 2009) (PRESIDENCIA, 1994) y por otra, la Ley 20.930, la cual apunta a lograr una internalización social
de las prácticas de conservación, generando patrones de desarrollo sustentable a nivel urbano, rural, local,
comunitario e indígena (Ubilla 2003).
En relación a los beneficios, el DRCMA puede ser ejercido por entidades legales privadas o públicas, ser utilizado
para la implementación de agendas de políticas públicas y a su vez faculta a las comunidades, juntas de vecinos
o cualquier tipo de asociaciones para participar en el desarrollo de proyectos y prácticas sustentables en
diferentes niveles, incluido el nivel comunitario (Ubilla 2019). Por lo tanto, el DRCMA es un instrumento
coadyuvante de la política pública, en la conservación del patrimonio ambiental, ofreciendo una herramienta
práctica para dar certeza jurídica a los más variados emprendimientos de conservación, incluidos aquellos que
son parte de economías locales y culturales (Gutierrez, 2017). Así entonces, el DRCMA responde al antiguo
paradigma en relación a las acostumbradas figuras de conservación, las que normalmente se enfocan en
imponer restricciones dogmáticas y carentes del conocimiento particular de los territorios y sus culturas (Ubilla,
2016).
De este modo, y a la luz de lo expuesto, se vuelve necesario que las categorías, estructuras y estrategias de
protección y conservación se basen en estudios que tengan por objetivo la distinción de los fenómenos
3 En el país de las 85 formaciones vegetales existentes sólo 67 formaciones están presentes en el SNASPE (BENOIT, 1999; A.A.V.V.,
2007). El Sistema no ha alcanzado el objetivo de la representatividad vegetacional del 10% de todos los ecosistemas presentes.
Además se estima que sería necesario proteger el 51,6% del territorio para conservación del hábitat de las 653 especies de
vertebrados terrestres de Chile, porque en la actualidad el 73% está protegida sólo parcialmente y el 13% no tiene ningún respaldo.
Por lo tanto, el SNASPE es inadecuado para representar la diversidad de los vertebrados terrestres (TOGNELLI et al., 2008) y en
general es insuficiente para garantizar la conservación a largo plazo de los ecosistemas mediterráneos y templados chilenos
(BEHNCKE y ARMESTO, 2004).
Eso se debe principalmente a: 1) cobertura sesgada del sistema (más presente en el sur); 2) falta de representación de las unidades
ecológicas regionales; 3) baja conectividad a nivel de paisaje; 4) número limitado de áreas protegidas destinadas a la conservación
de vertebrados que requieren grandes territorios; 5) pobre integración de las reservas con las comunidades locales (MELLA y
SIMONETTI, 1994; MOREIRA et al., 1998; BEHNCKE y ARMESTO, 2004). (Coppari, 2009).
4 Estos son “sitios terrestres o marinos de importancia para estudios e investigaciones geológicas, paleontológicas, zoológicas,
botánicas, ecológicas o que poseen formaciones naturales de interés para la Ciencia y para el Estado” (Ley 17.288 de 1970; v. apénd.
I) y su tuición está bajo el Consejo de Monumentos Nacionales, organismo técnico que depende del Ministerio de Educación. (Coppari,
2009).
5 La creación de esta figura hace necesaria una cooperación público-privada para lograr que la conservación sea rentable, y por ende
sostenible, que haga efectiva la conservación de la biodiversidad. Dentro de los criterios para la declaración de sitios protegidos,
además de la protección de valores ambientales como cuencas o flora y fauna nativa, incorpora principios de beneficio social, como
lo son la “aptitud para la investigación científica”, “importancia para la educación”, “reconocimiento de por todo tipo artistas y las
tradiciones culturales (en el presente y en el pasado)” y la “importancia para la agro-diversidad” (Coppari, 2009).
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