Destacados científicos locales respaldan la medida, aunque advierten que será insuficiente para el cobre y piden una similar para el suelo.

Fuente: El Mercurio de Valparaíso

El anuncio de una norma secundaria que regulará la calidad de las aguas en la Bahía de Quintero fue bien recibida por científicos de la zona, quienes destacan que, si bien puede mejorarse, es un buen punto de partida, teniendo en cuenta los graves episodios de derrame de petróleo, varamientos de carbón, aumento de la temperatura marina frente a las termoeléctricas y mortandades de peces, entre otros.

Para el biólogo y consultor de medio ambiente Salvador Donghi, » todo lo que sea regular en Quintero, tanto atmosférica mente, como en los suelos y como en agua, es positivo, obviamente esto representa un avance, nos gustaría nos gustaría que fuera mucho mayor, pero tenemos que tener algún punto de partida, así que esto viene a contribuir a recuperar las aguas de Quintero, y justamente tiene que ver con poder regular el vertido de las aguas de las termoeléctricas a 40° a unas aguas qué provienen de una corriente sub antártica, así que esta norma tiende a recuperar los efectos de este tremendo suministro que se le da a la biota del sector».

No hay norma en el suelo

Si bien mostró su beneplácito por la medida, por otro lado advirtió que «es de esperar que también se instaure una norma de suelo, que es hoy día lo que necesitamos en Chile, tener una norma contundente de suelo, tal como hay de aire y agua».

En cuanto a sus expectativas con esta norma secundaria de aguas marinas -la primera en Chile, que previamente sólo existía para lagos-, Donghi sostuvo que «al corto plazo podría ser injusto ponerle alguna meta, porque todas estas normas, tanto primarias, como secundarias, tienen efecto un poco más a largo plazo, y el efecto a largo plazo es empezar a recuperar toda la actividad pesquera que tiene que ver con los recursos ven tónicos, principalmente».

El biólogo conoció de cerca el caso de la norma secundaria que regula la calidad de las aguas del lago Llanquihue, y al respecto hizo notar que » las aguas del Llanquihue no han tenido el impacto que ha habido en otros sectores, Sino que es para prevenir, por los desarrollos humanos que se han instalado en su ribera, procesos de eutrofización, y eso, obviamente, ha sido positivo, porque permite regular, por ejemplo, los alcantarillados, que no filtran, o que existen buenos manejos de aguas lluvias, etc.»

Con respecto a los temores que pudieran existir sobre un eventual retraso en su puesta en marcha, como ocurrió con el Plan de Descontaminación tras ser objetado por Contraloría, Donghi explicó que el ente fiscalizador puede objetar «tanto por temas técnicos, como por temas de forma, y en el Plan de Descontaminación pasó eso, fue objetado por temas de forma, cosas muy menores».

Por su parte, el químico industrial Waldo Quiroz, doctor en ciencias y académico de la PUCV, planteo que «tanto los parámetros, como las magnitudes de límites en las cuales se presentan, son adecuados. En cuanto a los contaminantes orgánicos, como el benceno, esta de acuerdo a normas internacionales, como la canadiense. Respecto de los metales y metaloides, los niveles corresponden a los sitios no contaminados, de hecho me atrevería decir que ya hay antecedentes, al menos en sedimentos marinos, estas normas están siendo superadas en algunos elementos. Ciertamente que se pueden agregar más parámetros, pero los que están ahí reflejan de forma cercana al tipo de contaminantes que emiten las industrias aledañas».

No obstante advirtió que «el único parámetro que veo que se relajaron mucho fue el tolueno, pues la norma canadiense es 5 ug/L, mientras que la chilena de este documento es 215 ug/L. Ellos proponen 0,215 miligramos por litro, y si la comparamos con la norma canadiense, ellos ponen 5 microgramos por litro, entonces ahí hay un tema de unidades en el que hay que tener cuidado, porque 0,215 miligramos por litro, si lo transformamos a microgramos por litro, serían 215 microgramos por litros, lo cual es 40 veces la norma canadiense».

Sobrepasos en el cobre

Con respecto al cobre, indicó que «la norma dice 50 mg/kg en sedimento, y en casi toda la bahía hay muchísimo más que eso, incluso hay sobre mil en varios lugares, es decir, cuando midan se van a encontrar con los niveles muy sobrepasados, ya que lo que hay ahí está entre 300 y 1400 mg/kg, qué fue lo que medimos nosotros el año 2015. 50 es lo normal en zonas centrales, la única forma de volver a eso sería remover el sedimento de ahí, pero no es fácil y no sé cómo va a actuar la autoridad».

En ese contexto, el científico teme que «la norma pueda terminar adaptándola por que mal que mal, la empresa que más contamina y es estatal con el proceso de descarga de concentrado de cobre que tiene en el muelle».

Quiroz indicó que «la norma se ve bien en el contexto de que los niveles que proponen representan más o menos los niveles naturales que hay en un lugar no contaminado, y de hecho, si la aplican tal cual como está ahora, estoy seguro de que ya estaríamos violando esa norma, que está bien intencionada en el sentido de los parámetros que mide y los niveles que propone.

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