En menos de tres semanas, dos socavones han perturbado a los habitantes de dos edificios en las dunas de Viña del Mar. Las personas han debido evacuar los departamentos y quedar a la deriva, atentos a lo que la autoridad haga para superar el peligro y mitigar otros derrumbes.

Fuente: La Tercera

A medianoche sonó el citófono. Era el conserje. Nos avisó que carabineros había anunciado que era probable la evacuación del edificio. Así que nos empezamos a despertar. Bajé al hall de entrada a ver qué estaba pasando. Había muchos carabineros, autoridades de gobierno. Estaban evaluando el socavón que, con el correr de las horas se fue agrandando”.

Desde su departamento en el edificio Miramar Reñaca, construcción próxima al edificio Kandinsky y a cuyos pies se registró un segundo socavón la noche de este domingo, Fernando Soto cuenta cómo vivió la emergencia, que nuevamente puso en riesgo a una treintena de inmuebles construidos en el entorno del campo dunar de Concón y Viña del Mar.

Soto prosigue su relato: “Así que a eso de las 1:00 agarramos un par de cosas, lo más básico, y nos mandamos a cambiar a la casa de un familiar en Viña del Mar”, comenta al teléfono mientras hace las maletas con el resto de pertenencias que siguen en el departamento.

El aviso del conserje, asegura, lo tomó con calma, pues “el socavón al principio no se veía una gran cosa, hasta que llegó alguien de Senapred y dijo que había que evacuar, sin dar mayores explicaciones. Con el transcurso de la noche el socavón se ha ido agrandando, y ahora que lo estoy mirando de frente te puedo decir que sí, es bien grande”.

Soto fue una de las 200 personas evacuadas producto de este segundo accidente, que cubrió de arena un camión y provocó el desprendimiento de la calle. Sucedió tan sólo 18 días después del primer socavón registrado en el sector (23 de agosto), cuando producto de la rotura de un colector de aguas lluvias se desprendió gran parte de la duna, poniendo en riesgo al edificio Kandinsky y a todos sus moradores.

Tras el primer desprendimiento de terreno, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) asumió la responsabilidad del caso e inició trabajos de mitigación para evitar que se siguiera ensanchando el socavóninstalando un colector provisorio y superficial que permitió encauzar las precipitaciones del pasado miércoles 6 de septiembre. Pero anoche la lluvia fue más intensa de lo esperado. Según la delegada presidencial, Sofía González, en media hora cayeron 8 mm de agua, un fenómeno que no ocurría “hace diez años”, dijo. En total, durante la noche y madrugada, informó la Armada, se registraron 43,5 mm de agua caída.

Ese factor, más un suelo que ya estaba erosionado, provocó que la obra de emergencia colapsara, dijo González, “producto de este movimiento de tierra que comienza en la parte baja de la duna. De acuerdo a la primera información que me han entregado (el socavón) tiene que ver más con la característica de la duna y la condición del terreno, más que por el colapso de la obra de mitigación”.

No obstante, durante la madrugada el seremi MOP, Yanino Riquelme, planteó que “el problema es que con esta caída muy intempestiva de agua la obra de mitigación que se hizo entendemos que también colapsó y por lo tanto eso empezó a generar un nuevo socavón”.

Y luego, en la mañana, Riquelme agregó: “Aquí hubo una lluvia extraordinaria, que afectó las obras que nosotros estamos haciendo en este momento de forma provisoria. Lo que nosotros desde el primer momento hicimos fue generar obras provisorias de reencauzamiento, de tal forma de que el chorro del agua lluvia que sale desde el colector colapsado (…) no siguiera cayendo al socavón original, al socavón grande, porque eso significaba poner en riesgo la estabilidad de la zona. Eso se logró, en definitiva. El socavón original no sigue creciendo, incluso con las lluvias intensas de ayer. Sin embargo, al haber estas obras provisorias, y este reencauzamiento, debido a lo extraordinario de las lluvias de ayer, eso fue generando este nuevo socavón en la zona”.

La solución que dimos para una condición normal de lluvia resultó bien. La lluvia de hace una semana (…) funcionó bien, el problema es que esta lluvia extraordinaria de anoche generó este colapso. Entonces, vamos a tener que prepararnos para una nueva lluvia extraordinaria que venga”, agregó el seremi. Respecto del análisis de cómo está el colector de aguas lluvias que colapsó el 23 de agosto, añadió que “es parte de la investigación que vamos a hacer, de por qué llegan las aguas lluvia de tantos sectores acá”, prosiguió el seremi.

“El problema lo corrieron para otro lado”

El socavamiento alertó a las autoridades y a los expertos. El arquitecto Ignacio Panatt comparte la explicación de Riquelme y sostiene que “deja en evidencia un mal cálculo de las aguas lluvias, donde la descarga de esa cantidad dejó una saturación. Las obras de mitigación trasladaron el problema para otro lado, generando un nuevo socavón. Al final, el problema lo corrieron para el lado”.

En esta línea, Álvaro Peña Fritz, académico de la Escuela de Ingeniería de Construcción y Transporte de la PUCV, añade que “efectivamente, tal como señala el seremi (Riquelme), las recientes lluvias, las cuales en un breve lapso de tiempo tuvieron una intensidad superior a las anteriores, hizo que la estructura provisional realizada para redirigir las aguas lluvias y protección para el edificio Kandinsky colapsara, generando un nuevo socavón. Es importante destacar que estas obras eran de protección para el edificio y de mitigación para evitar que las aguas lluvias fueran al socavón principal”.

El geógrafo y también académico de la PUCV Luis Álvarez comenta que ante la primera emergencia, “el MOP no planteó una solución adecuada”.

Y añade que fue una solución “ingenua. El problema son las aguas lluvias. Cuando se concentran las aguas, ese lugar se hace vulnerable (…) la duna absorbe agua, pero cuando es más de lo indicado naturalmente en un plano de pendiente, como las laderas del lugar, esta se satura, por la concentración de agua indebida, y esta colapsa. Es un asunto de gravedad. El trabajo ‘provisorio’ insiste en el principio de ‘concentrar el agua’. Estas deben seccionarse, calculando una cantidad suficiente hacia el interior de la duna, evitando evacuar las aguas lluvias por el ducto en cuestión. Para la próxima lluvia no debería evacuar ni una gota por ese lugar”.

¿Son reparables ambos socavones?

Panatt dice que “los socavones por supuesto que son reparables, en Chile tenemos tremendos profesionales de ingeniería y una obra de reparación es muy factible. Pero no hay que dejar de lado el edificio, una cosa es reparar el socavón y otra cosa es evaluar el comportamiento del edificio en el tiempo, mientras no estén las obras de reparación. Lo dije antes: un sistema frontal o un sismo de características puede cambiar la situación y generar nuevos asentamientos que puedan hacer que el o los edificios sean irreparables”.

“La duna es su suelo y lógicamente un edificio no puede ser estable sin su suelo. El problema es que cuando se hicieron los estudios de suelo la situación no era la misma que tenemos hoy. Hoy ya hay dos puntos de liberación de energía que está buscando la duna para llegar a su estado de reposo”, añade el arquitecto.

Por su parte, la alcaldesa Macarena Ripamonti informó que “como municipio acabamos de ordenar a la DOM que se declare la inhabitabilidad del edificio o no, en este caso del edificio Miramar; en segundo lugar, estamos recopilando todos los antecedentes para agregarlos a la investigación que ya tenemos y adjuntarlas a las acciones judiciales que vamos a emprender en torno al cuidado del medio ambiente y su afectación; naturalmente, también todas las acciones para la protección y defensa de nuestros vecinos y vecinas”.

En esa línea, Carabineros señaló que se amplió el perímetro de seguridad en el sector y que permanece cortada la avenida Borgoño.

En tanto, el biólogo Salvador Donghi, director de Simbiosis Bioconsultora, también critica la obra provisoria del MOP: “El colector de aguas lluvias es una solución añeja, extemporánea e inútil en este contexto y sobre todo hoy día, desperdicia las aguas lluvias botándolas al mar, lo que atenta contra la adaptación al cambio climático. No se pueden concentrar las aguas en un sector de dunas porque la duna actúa como esponja, absorbe esa agua, aumenta el peso y entonces viene el colapso. En cambio, el agua si fuera distribuida homogéneamente y se infiltrara, no pasaría esto. El agua infiltrada es el sostén de toda la cubierta vegetal, tal cual como lo han hecho las dunas desde hace miles de años”.

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